Hoy no quiero oír esa canción que me lleva no se a donde,
ni acordarme de los dulces deleite de mi el semblante,
ni esperar sobre el pasto que se acabe la espera,
no quiero asentar mi volumen en lugares finitos.
Hoy no quiero eso.
Hoy solo quiero sentir, que la lluvia me golpea la cara.
No aspiro a tostarme con el sol o a mojarme con la luna,
ni besar los fríos desiertos y los cálidos glaciares.
Jamás repetiré ese ascensor con pisos infinitos,
nunca he sabido donde bajarme cuando cierro los ojos.
Hoy no quiero eso.
Hoy solo quiero sentir, que la lluvia me golpea la cara.
Me apasionan los estilos caóticos
en acrobacias de mariposas, mas no es lo que quiero.
Ni que se reposen en mi mano,
ni que mi mano se repose en ellas, diciendo
con susurros obscenos que marchan a morir.
Quisiera quererlo todo, con ímpetus e ilusión.
Con los ojos derretidos que miran navíos lejanos.
Pero ya no puedo. Ya no quiero. Es tarde
y la arena empieza a forjar
nidos de alacrán en mis pulmones.
Hoy no quiero sentir, que la lluvia me golpea la cara.